Apple se jacta de que abrir su propia tienda junto a otro revendedor autorizado aumenta el negocio del revendedor, pero en realidad las cosas son completamente diferentes. Un revendedor premium de productos Apple en España tuvo que cerrar sus puertas después de que a sólo 4 calles se abriera una tienda oficial de la compañía en Cupertino. Los clientes siempre iban a esa tienda y el revendedor se quedó activo con la tienda vacía y en sólo 4 semanas tuvo que declararse en quiebra y cerrar las puertas.
La situación no es singular porque otras tiendas similares tuvieron que seguir el mismo camino después de que Apple abriera una tienda en sus proximidades. Básicamente, la gente ya no quiere ir a las tiendas de revendedores y, si no se reorientan hacia la venta de productos Apple usados o la reparación para los clientes, corren el riesgo de cerrar. Probablemente el mismo efecto tendría la apertura de una tienda Apple en Bucarest, la ciudad de Rumanía con mayor número de revendedores de productos Apple.
