Steve Jobs fue un hombre del que se han dicho muchas cosas a lo largo del tiempo, pero las de Forbes nos sorprenden, con una lista de cosas que poca gente había oído sobre el ex CEO de Apple. En 4 páginas, Forbes detalla muchos eventos en los que Jobs estuvo involucrado, pero solo hablaré de algunos de ellos y puedes encontrar el resto en el sitio web de Forbes. Empezaré contándote que en 1986, cuando Jobs era CEO de Next, Bill Gates visitó la sede de Next, y Steve Jobs lo dejó esperando más de una hora en la recepción de la sede de la empresa, todo por la rivalidad entre ambos. . Continúo con una historia en la que Steve Jobs hizo que sus empleados escondieran sus Porsche en el estacionamiento de la sede de Next porque un inversor vendría a visitar la empresa, y esos autos le hubieran dado la impresión de que los empleados estaban ganando mucho. El dinero y la inversión probablemente no hubieran tenido sentido. La medida habría sido auspiciosa, ya que se habrían invertido 20 millones de dólares en la empresa.
Yendo más allá, les diré que durante la inauguración de una tienda Apple, cuyo diseño fue parcialmente influenciado por Jobs, el ex CEO inicialmente se negó a dejar entrar a los periodistas porque el suelo blanco acumula la suciedad de los zapatos usados por la gente. Inicialmente, Steve Jobs quería retrasar el lanzamiento para cambiar el suelo, tuvo un intercambio de palabras no muy amistoso con uno de los diseñadores de la tienda y luego hizo que su equipo de diseño de Apple visitara la tienda y cambiara el suelo, lo que finalmente sucedió.
Al final dejo una breve historia sobre Steve Jobs y los teclados táctiles. Cuando Jobs presentó el primer iPhone a Marc Andreessen, uno de los productores de los primeros navegadores de Internet, este último le preguntó cómo imaginaba que la gente recibiría teclados virtuales cuando todo el mundo está acostumbrado a los físicos de los BlackBerry. La respuesta de Jobs fue: se acostumbrarán a ellos. La verdad es que a Jobs realmente no le importaba lo que la gente quisiera, les imponía sus deseos y al final nos acostumbramos a ellos porque no teníamos otra opción.
