El año pasado se desató un importante escándalo en Estados Unidos tras descubrirse que la NSA tenía acceso a datos confidenciales de algunos usuarios de Internet a través de un programa llamado PRISM. Tras el descubrimiento de la existencia de este programa, el gobierno chino investigado el sistema de geolocalización implementado en iOS, investigadores pagados por el estado afirman que las personas con acceso a sus datos pueden obtener información sobre secretos de estado y más.
La prensa local afirma que Apple debe asumir la responsabilidad legal en caso de que estos datos puedan usarse para dañar a ciudadanos chinos, pero solo si son tomados por entidades sin el consentimiento de la empresa. Básicamente, la prensa china está intentando convencer a los propietarios de iPhone de que Apple tomaría datos de ubicación sin su conocimiento, algo que la compañía ha hecho en el pasado, pero afirma haberlo detenido.
Finalmente, los medios chinos están intentando convencer a los ciudadanos de que dejen de comprar iPhones, pero sus posibilidades de éxito son muy bajas, independientemente de los motivos esgrimidos.
