en 2007 Apple lanzó el primer modelo de iPhone, Steve Jobs presentándolo en enero para un lanzamiento que iba a tener lugar a mediados de ese año. Tras la presentación que llamó la atención del mundo entero sobre el terminal, Steve Jobs presentó el dispositivo al actual presidente estadounidense, Barack Obama, en una reunión privada. Teniendo la oportunidad de ver lo que el futuro teléfono inteligente de Apple tiene para ofrecer, Barack Obama el dijo luego a su jefe de gabinete que si pudiera compraría muchísimas acciones de la empresa.
En 2007, Obama echó un vistazo al iPhone durante una reunión privada con Steve Jobs de Apple. "Si fuera legal, compraría un montón de acciones de Apple. Esto va a ser realmente grande", dijo Obama después de la reunión.
Obama estaba entonces convencido de que el iPhone tendría éxito y las acciones de Apple se vendían entre 12 y 14 dólares en el mercado de valores estadounidense, aumentando su precio varias docenas de veces en los años posteriores al lanzamiento del terminal. Barack Obama habría comprado acciones si esto hubiera sido igual y si lo hubiera hecho, habría terminado siendo un hombre mucho más rico ahora.
