El año pasado, el ingeniero suizo Christoph Laimer imprimió el primer reloj 3D, íntegramente de plástico. Para crear este producto, introdujo su diseño y concepto en una impresora 3D.
Los componentes del reloj impreso son de plástico, además del metal que fija todos los elementos. El reloj enmarcado en 3D sólo puede funcionar durante 30 minutos, pero el suizo elogia el hecho de que durante este tiempo el reloj funciona sin interrupciones temporales. Gran cosa, digo, para un reloj impreso en 3D hecho de plástico.
Pero los suizos no pensaron en todo y, además de lo que os dije, el reloj seguiría siendo demasiado voluminoso para caber en la muñeca, también parecería demasiado grande para el bolsillo.
Lo que personalmente me pareció genial es el hecho de que cualquiera con una impresora 3D puede hacer su propio reloj de plástico 3D. Laimer puso los archivos originales a disposición de una imprenta en Autodesk 3D, donde se puede descargar el modelo de forma gratuita.
https://www.youtube.com/watch?v=Go8woPGOggg
Sin embargo, no neguemos el hecho de que este proyecto innovador es un ejemplo de un primer paso colosal para los relojeros, que esperan hacer accesible su trabajo a un público mucho más amplio.
