El presidente de Samsung, Jay Y. Lee, compareció anoche en la sala de juntas de un tribunal de Corea del Sur que juzga una solicitud de detención preventiva presentada por los fiscales. Junto a Jay Y. Lee, también estuvo presente en la sala de juntas otro directivo de la compañía Samsung, ambos siendo investigados por los fiscales en estos momentos.
Este es el segundo intento de los fiscales surcoreanos de arrestar a Jay Y. Lee, esta vez presentando cargos distintos a los iniciales. Más precisamente, ahora acusan al vicepresidente del grupo Samsung de ocultar parte de sus bienes fuera del país, pero también de perjurio en las audiencias celebradas hasta ahora.
El tribunal que juzga este pedido de prisión preventiva es el mismo que rechazó un pedido similar realizado por los fiscales de Jay Y. Lee el mes pasado. Los fiscales aportaron nuevas pruebas para sustentar esas acusaciones, pero también formularon otros dos nuevos cargos, pero es difícil decir si podrán convencer a los jueces.
La última vez, Jay Y. Lee estuvo detenido durante 24 horas en un centro de detención antes de que el tribunal se pronunciara sobre el pedido de prisión preventiva, y lo mismo podría suceder ahora. Jay Y. Lee mantiene su inocencia, y los abogados contratados por Samsung han logrado resistir por ahora a los fiscales, pero está por ver qué sucederá en el futuro.
"Un juez surcoreano interrogó el jueves al líder del Grupo Samsung, Jay Y. Lee, y a otro ejecutivo, a puerta cerrada, para decidir si deberían ser arrestados por su papel en un escándalo de corrupción que ha envuelto a la presidenta Park Geun-hye. Los fiscales acusan a Lee, en su calidad de jefe del conglomerado más grande de Corea del Sur, de prometer 43 millones de wones (37.7 millones de dólares) a una empresa y organizaciones respaldadas por el amigo de Park, Choi Soon-sil, a cambio de apoyar una fusión de dos empresas Samsung en 2015. .”
