Whatsapp Este año atravesó algunos problemas gravísimos que pusieron en riesgo a miles de millones de personas en el planeta, las aplicaciones para iOS y Android tenían vulnerabilidades tan graves que se podía robar cualquier cosa de los dispositivos. Estamos hablando de vulnerabilidades que permitían la explotación de teléfonos iOS y Android a través de WhatsApp incluso sin que los usuarios supieran lo que estaba pasando, y todo nos muestra lo peligroso que es simplemente instalarlas en los teléfonos.
A principios de año WhatsApp solucionó un problema grave que estaba basado en un malware hecho por israelíes, a lo largo del año solucionó otros problemas casi tan graves, y recientemente apareció uno nuevo, tan grave como los demás. Todos estos problemas nos muestran que una sencilla aplicación para teléfonos, como WhatsApp, puede dar a personas a miles de kilómetros de distancia la posibilidad de controlar nuestros teléfonos, pero también de tomar cualquier cosa de ellos.
WhatsApp puede ser un peligro para cualquier teléfono en el que esté instalado
Los piratas informáticos pueden utilizar WhatsApp como arma para controlar teléfonos y atacar otros sitios web o infraestructuras públicas, todo ello explotando dispositivos debido a vulnerabilidades desconocidas. Es increíble como dentro de WhatsApp constantemente aparecen problemas que pueden llevar a la explotación de los teléfonos de las personas, como quieran los hackers, y cuando uno se soluciona aparece otro, como incluso peor que el primero.
WhatsApp tiene revelado casi todos los meses un problema que permite la explotación de los teléfonos, no todos son muy graves, pero una vez cada pocos meses hay alguno que normalmente no debería existir. La constante con la que aparecen todos estos problemas genera muchos interrogantes, pero también nos muestra que los usuarios de WhatsApp no deben sentirse seguros cuando tienen la aplicación en sus teléfonos, especialmente si usan un teléfono Android, que es fácil de hackear.
WhatsApp es un peligro para todos y muchos no le dan importancia porque no consideran que sus datos sean importantes, hasta que alguien les rompe el teléfono y lo borra todo, o les roba las fotos y la identidad, el dinero de las cuentas o la cuenta de Facebook, tras lo cual todos lloran.
